Libertad, primer pilar de nuestra decisión
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¿No les pasó que, ante una decisión que muchas veces es considerada atrevida, algunos terminen siempre cuestionándola? Por ejemplo, el decidir educar de una manera no tradicional a nuestros hijos e hijas. ¿No les sucedió que no solo los cuestionaron hasta el hartazgo, sino que terminan cuestionando si ese es el camino que quieren para ellos?
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El hombre nace libre, responsable y sin excusas.
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A veces los niños y niñas de nuestra comunidad cuentan que gente muy cercana a ellos les dice que este camino está mal (sí, como lo leen, “está mal”), que no puede ser que no vayan a una escuela, que cómo es posible que papá y mamá lo permitan. Ante la pregunta que ellos y ellas mismos se hacen: “¿Es cierto que este camino está mal?”, aquí va nuestra reflexión; de igual forma para todas aquellas personas que, por desconocimiento, piensan que no es el camino correcto.
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El miedo es un sentimiento necesario e involuntario, el cual le permite a muchos mantenerse en una zona de confort y estabilidad. Es un sentimiento muy personal y, como tal, podemos decir que también está presente en nuestra comunidad: el temor dejar la comodidad de una estructura, el abrigo de una casa y nuestras manías; a que las distancias nos alejen de las personas que queremos. Tenemos miedos, pero también aprendemos a controlarlos y el ir despojándonos de ellos, uno a uno, nos hace libres poco a poco. Por ello, nuestro aprendizaje toma la libertad como pilar y norte: ser libre, declararlo y sentirlo, sin miedo, no es un acto rebelde; sino, por encima de todo, un acto responsable.
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Michael Ende y Sartre (importantes escritores y referentes dentro de nuestra comunidad) nos enseñaron que ser libre no es hacer lo que a uno le dé la gana (algo que es muy común en nosotros); sino que implica la construcción de uno mismo de manera coherente, queriendo y cuidando cada paso, cada palabra brindada. Este es un proceso cuidadoso y de mucho carácter; por eso mismo no es fácil.
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Así, ser libre es el más puro de nuestros estados; aunque muchas veces nos es arrebatado por nuestros miedos. Ante decisiones nuevas, la comunidad también tiene miedo; pero debemos comprender que, si uno ya lo venció, el siguiente peldaño es centímetros arriba del suelo. De esa forma, nuestra decisión y elección tiene dos razones muy grandes: la libertad y el amor. Ante eso, ninguna fuerza humana podría sobrepasarla.
Karla Garcia.
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